Reflejo de sacrificio y muerte,
irracional e irreverente,
pasea su intimidad por la cornisa disuelta
para destilarse, al fin, en sudor de gatopardo.
Ser viento, escuchar las palabras del viento
y llevar tu esencia de almizcle
a los confines del tiempo escarnecido.
Volar con el viento, compartir su itinerario,
partícula glandular,
con el último escalofrío evaporado.
Hurgar con el cálido viento terral, solano,
los poros de la piel aletargada
de una criatura indefinida, en una tarde indiferente
i n d e f i n i d a
i n d i f e r e n t e
Pedro Gómez
Me gusta un montón Pedro.
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